Entender el Nuevo Pacto ha traído muchos cambios significativos a mi vida y a lo que yo creo, aquí os dejo algunos de esos cambios que he experimentado al conocer en mayor profundidad el Nuevo Pacto y haber podido experimentar la Gracia de Dios de una forma más real, espero que lo que “AHORA SÉ” sea de mucha bendición para vuestra vida. Un abrazo de vuestro hermano Juan y muchas bendiciones.

ANTES CREÍA que sin arrepentimiento NO hay perdón, PERO AHORA SÉ que sin la sangre de Cristo NO hay perdón.

ANTES CREÍA que para que Dios me aceptase y me amase, yo tenía que hacer mil cosas, PERO AHORA SÉ que Él me ama y me ha aceptado con mis errores, mis equivocaciones y mis pecados.

ANTES CREÍA que cuando pecaba, Dios me castigaba, PERO AHORA SÉ que Dios NO me castiga, mi castigo fue sobre Jesús en la Cruz.

ANTES CREÍA que mi Dios me podía desamparar y abandonar (por mis errores, defectos, equivocaciones, estupideces, pecados), PERO AHORA SÉ que NUNCA me desamparará, ni me abandonará.

ANTES CREÍA que para dar fruto debía esforzarme, PERO AHORA SÉ que para dar fruto debo confiar, descansar y permanecer en Él.

ANTES CREÍA que cuando alguien tenía escasez, una enfermedad, un accidente, una desgracia, etc Dios estaba juzgando y castigando a dicha persona, PERO AHORA SÉ que la enfermedad, el dolor, la escasez, las desgracias, los accidentes NO tienen nada que ver con nuestro Dios, tienen que ver con este mundo maldito en el que vivimos.

ANTES CREÍA que era un pecador salvado por la gracia de Dios, PERO AHORA SÉ que soy santo, luz, un hijo amado de Dios, hechura suya, nueva criatura, acepto en el Amado (con mis defectos y pecados).

ANTES CREÍA que había sido salvo para servirle, PERO AHORA SÉ que he sido salvo para poder tener una relación con Dios basada en el amor y para poder disfrutar de mi Dios.

ANTES CREÍA que cuando tenía que tomar una decisión importante debía decir: “¿Qué haría Jesús?”, PERO AHORA SÉ que cuando tengo que tomar una decisión importante debo decir: “Señor, ¿qué quieres que haga?

ANTES CREÍA que Dios NO escuchaba las oraciones de los pecadores, PERO AHORA SÉ que Dios escucha a todos los que le buscan.

ANTES CREÍA que Dios NO amaba a los pecadores, PERO AHORA SÉ que Dios ama a todo el mundo.

ANTES CREÍA que si yo no perdonaba a los demás, Dios no me perdonaría a mí, PERO AHORA SÉ que Dios YA me perdonó y que debo perdonar a los demás como ÉL me perdonó.

ANTES CREÍA que tenía que orar para que Dios estuviese conmigo (Señor, te pido que tú estés conmigo en este día . . .), PERO AHORA SÉ que Dios está SIEMPRE conmigo y le doy gracias por ello (Señor, gracias que tú estás conmigo en este día . . .).

ANTES CREÍA que en la oración había poder, PERO AHORA SÉ que el poder está en mi Dios, muchos religiosos de muchas religiones oran constantemente, pero sus oraciones NO tienen ningún poder, por tanto, el poder NO está en las oraciones, el poder está en Dios. Cuando Dios contesta mis oraciones, la gloria no se la lleva mi oración, ni me la llevo yo porque oré, se la lleva Dios.

ANTES CREÍA que las mujeres NO podían tener ciertos ministerios, PERO AHORA SÉ que Dios puede levantar a las mujeres para ser lo que Dios quiera que sean: Pastoras, Profetisas, Maestras etc etc. Ahora he entendido que no hay diferencia entre hombre y mujer, somos uno en Cristo.

ANTES CREÍA que todo lo que leía en la Biblia debía aplicarlo a mi vida, PERO AHORA SÉ que NO todo lo que leo está dirigido a mí (aunque sí aprendo de todo lo que leo). Ahora he aprendido a usar bien la Palabra de Verdad.

ANTES CREÍA que por medio de la Ley, podía agradar a Dios y podía vivir en justicia y en santidad, PERO AHORA SÉ que por medio de la Ley viene el conocimiento del pecado, la Ley me mostró que era un pecador. Nadie ha podido vivir por la Ley, la Ley ha sido una yugo que nadie ha podido llevar (sólo Jesús).

ANTES CREÍA que ciertas partes de la Ley estaban vigentes todavía en el Nuevo Pacto, PERO AHORA SÉ que soy libre de la Ley porque he muerto a la Ley y ya no estoy bajo ella.

ANTES CREÍA que mi corazón era perverso y engañoso, PERO AHORA SÉ que tengo un nuevo corazón.

ANTES CREÍA que la bendición de Dios en mi vida dependía de mi lectura de la Biblia, de mi oración, de mi ayuno, de mi diezmo, de mi asistencia a la Iglesia, de mi obediencia, de mis buenas obras . . . PERO AHORA SÉ que yo YA he sido bendecido, que Dios YA me ha dado todo lo que necesito.

ANTES CREÍA que Dios recordaba mi pecado y, muchas veces, sentía condenación, PERO AHORA SÉ que Él NO recuerda mi pecado, ni lo toma en cuenta (el amor - Dios - NO guarda rencor) y que en Cristo NO hay condenación.

ANTES CREÍA que la riqueza y la prosperidad eran una señal de la bendición de Dios en la vida de una persona, PERO AHORA SÉ que la riqueza y la prosperidad pueden venir del diablo y pueden ser una maldición.

ANTES CREÍA que si no predicaba el Evangelio a una persona y se moría, su sangre era sobre mi cabeza, PERO AHORA SÉ que yo no soy el responsable de la salvación, ni de la condenación de nadie. Si Dios quiere, compartiré el Evangelio, pero, muchas veces, Dios usa a otras personas u otros medios para llegar a las perdidos, por tanto, Dios NO me necesita a mí para alcanzar a nadie, si me usa, gloria a Él y si no me usa a mí, gloria a Él.

ANTES CREÍA que el Cielo era el lugar de los buenos y obedientes, PERO AHORA SÉ que es el lugar de los que hemos lavado y emblanquecido nuestras ropas con la sangre del Mesías.

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Mentiras "Piadosas"

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