“Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.”
Marcos 3:14-17
Jesús era llamado amigo de pecadores, comía y bebía con los pecadores, Jesús fue amado por los niños, por los recaudadores de impuestos, por los leprosos, por los enfermos, por los que no eran, por los que no tenían, por los que no podían, por los que no sabían, por los pobres, por las prostitutas . . . Jesús amó y abrazó a estas personas, pero, los religiosos, celosos de la Ley de Moisés, fueron los que le rechazaron, las palabras más duras de Jesús NUNCA fueron dirigidas a los “pecadores apestosos”, fueron dirigidas a los religiosos y legalistas, a los que se jactaban de que eran discípulos de Moisés, por tanto, cuando Jesús afirma que no ha venido a llamar a justos, está super claro que se refiere a todos los sacerdotes, escribas y fariseos que se creían justos a sus propios ojos y según sus propios criterios, pero Jesús ha venido a buscar a esos pecadores marginados y rechazados por esos “santos” y “justos” . . . ninguna persona puede ser justa delante de Dios si no es por medio de Jesús porque por las obras que la Ley de Moisés demanda, NADIE será justificado . . .
“lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.”
I Corintios 1:27-29
“porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado.”
Romanos 3:20
“al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.”
Romanos 4:5
Esta reflexión pertenece a una de las Paradas de mi libro: