Cuando hablamos del Nuevo Pacto estamos hablando de nuestro Señor Jesucristo porque Él es el Nuevo Pacto como podemos leer en Isaías:
“Yo EL SEÑOR te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y TE PONDRÉ POR PACTO AL PUEBLO, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.”
Isaías 42:6 y 7
¿Quién abre los ojos de los ciegos? JESÚS
¿Quién saca a los presos de la cárcel? JESÚS
¿Quién libera a los que moran en tinieblas? JESÚS
¿Quién es la Luz de las Naciones? JESÚS
Dios puso a Jesucristo por Pacto, Jesús fue el Nuevo Pacto que Dios estableció con su propia sangre. Por eso, el Nuevo Pacto es superior al Antiguo Pacto, ya que Jesús es superior a Moisés; por eso, el Nuevo Pacto tiene mejores promesas que el Antiguo Pacto, ya que las promesas de Jesús superan a las promesas de Moisés; por eso, el Nuevo Pacto contiene una Ley superior a la del Antiguo Pacto, ya que la Ley del Mesías supera a la Ley de Moisés; por eso, el Nuevo Pacto tiene una mejor sacrificio que el Antiguo Pacto, ya que Jesús, el Cordero de Dios, supera a todos los corderos sacrificados bajo el Antiguo Pacto. Jesús es superior, el Nuevo Pacto es superior . . . ¡Bendito sea el Nombre de nuestro Mesías por siempre!
“Así dijo EL SEÑOR: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y TE DARÉ POR PACTO AL PUEBLO, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades; para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Mostraos. En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos. No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas.”
Isaías 49:8-10
“Ya no tendrán hambre ni sed, ni el sol los abatirá, ni calor alguno, pues EL CORDERO en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.”
Apocalipsis 7:16 y 17