Los que predican desde el Monte de Sinaí:
• Arden con el fuego de su ira.
• Anuncian tormentas y tempestades.
• Enfatizan lo que se puede ver y tocar.
• Hacen demandas imposibles de guardar.
• Hacen que la gente se espante y tiemble.
• Tiran piedras a los pecadores.
• Engendran hijos para ser esclavos.
Los que predican desde el Monte de Sion:
• Arden con el fuego del amor de Dios.
• Anuncian las Buenas Noticias de Jesucristo.
• Enfatizan la vida de la fe y la vida en el Espíritu.
• Comparten el yugo de Cristo, un yugo fácil de llevar.
• Hacen que la gente corra a Jesús y se enamoren de Él.
• Quitan las piedras para allanar el camino a los pecadores.
• Engendran hijos para ser libres.
“Desechó la tienda de José y no escogió la tribu de Efraín, sino que escogió la tribu de Judá, EL MONTE DE SION, al cual amó.”
Salmo 78:67 y 68
“Los que confían en el SEÑOR son como EL MONTE DE SION, que es inconmovible, que permanece para siempre.”
Salmo 125:1
“Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el MONTE DE SION”
Apocalipsis 14:1a