Cuando Mateo habla de Juan, ¿cómo le llama? Le llama Juan. Cuando Marcos habla de Juan, ¿cómo le llama? Le llama Juan. Cuando Lucas habla de Juan, ¿cómo le llama? Le llama Juan. Solamente en el Evangelio de Juan encontramos que Juan es llamado el “discípulo amado” ¡Qué interesante! Juan estaba plenamente convencido de que era amado, veamos las CINCO veces donde se dice que Juan era amado por su Señor y Salvador.

“Y uno de sus discípulos, AL CUAL JESÚS AMABA, estaba recostado al lado de Jesús. A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?”
Juan 13:23-25

Juan estaba recostado sobre el pecho de Jesús, ¿Cómo no va a estar recostado sobre el pecho de Jesús si sabe que Jesús le ama?

“Cuando vio Jesús a su madre, y AL DISCÍPULO A QUIEN ÉL AMABA, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.”
Juan 19:26 y 27

Juan estuvo presente con las mujeres en la Cruz, no por su amor hacia Jesús, sino por el amor que Jesús tenía hacia él. Como Jesús le amaba tanto, él quería estar allí, junto a la Cruz, con su Señor.

“El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro. Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, AQUEL AL QUE AMABA JESÚS, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto. Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro.
Juan 20:1-4

Aquí tenemos a Pedro y al discípulo que Jesús amaba echando una carrera, ¿quién ganó? ¡Juan! ¡Los que son amados corren más deprisa!

“Entonces aquel discípulo A QUIEN JESÚS AMABA dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar . . . Volviéndose Pedro, vio que les seguía EL DISCÍPULO A QUIEN AMABA JESÚS, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?”
Juan 21:7 y 20

Mientras que los otros discípulos le llamaban Juan, Juan cuando escribía de él mismo se llamaba “el discípulo amado”, Juan se veía amado por Jesús, Juan entendió que nuestro amor es débil y falla constantemente, PERO sabía que el amor de Jesús es fuerte, firme, constante e incondicional.

Cuando leemos todos los pasajes que he mencionado hay algo que nos llama la atención, prácticamente en todos ellos aparece Pedro. Mientras que Juan estaba convencido del amor de Jesús, Pedro estaba convencido de que él amaba a Jesús tanto que podría entregar todo por él, incluso su vida (Jn. 13:36-38), pero tristemente a las pocas horas Pedro le negó . . . pero ¿qué pasó con Pedro? Veamos lo que Jesús le pregunta 3 veces después de que Pedro le negara tres veces (nota: pongo los matices de las palabras griegas “agape” y “fileo”):

“Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos con un amor incondicional (AGAPE)? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo como a un hermano (FILEO). Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas con un amor incondicional (AGAPE)? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo como a un hermano (FILEO). Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas como a un hermano (FILEO)? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas (FILEO)? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo como a un hermano (FILEO). Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras.”
Juan 21:15-18

¿Qué aprendió Pedro de esta conversación tan interesante al tener en cuenta las dos palabras griegas que se usan? Que aunque Pedro NO amaba a Jesús de una forma incondicional, Jesús le amaba con un amor eterno y él iba a ser usado para alimentar a los que escucharían el mensaje del Evangelio, de la Buenas Noticias. Pedro aprendió que su amor era débil, pero que Jesús le amaba de una forma incondicional.

Podemos ver que Pedro aprendió la lección porque en sus dos cartas cuando se dirige a los creyentes les llama en seis ocasiones: “AMADOS”.

Juan se veía como “el discípulo amado” porque lo era y nosotros ¿cómo nos vemos? ¿Estamos plenamente convencidos de que Jesús nos ama de una forma incondicional? ¿Estamos confiando en nuestro amor por Él o estamos confiando y descansando en su amor por nosotros?

El mismo Juan nos dice:

“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”
I Juan 4:19

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Mentiras "Piadosas"

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