Muchos sabéis que tengo un hijo, imagínate que estoy esperando a mi hijo para cenar conmigo y después ver una película juntos, pero mi hijo viene a casa y me dice: “Papá no puedo cenar contigo porque me voy a ir con unos amigos a cenar, pero no te preocupes que te he alquilado una película de las que a ti te gusta y te lo vas a pasar muy bien” . . . a continuación mi hijo me dice que me quiere, me da la película y se va con sus amigos . . . mi hijo, dándome una película que a mí me gusta se aleja de mí . . . muchas veces nosotros, hijos de Dios, hacemos lo mismo, le entregamos una ofrenda a Dios, hacemos algo por él, le damos algo que a Él le gusta, PERO . . . nos vamos con otros, nos damos a otros, nos entregamos a otros . . . Dios está más interesado en ti mismo que en lo que tú puedas darle o hacer por ÉL, ÉL te quiere a ti, ÉL te ama a ti y ÉL quiere que nos entreguemos a ÉL, que nuestro corazón sea suyo, como padre no me interesa lo que mi hijo me pueda dar, me interesa mi hijo, me interesa que él se pueda dar a mí y que nos riamos y pasemos tiempo juntos . . . así es Dios y así se siente Dios en muchas ocasiones, le damos algo que a ÉL le gusta y con esa ofrenda nos alejamos de ÉL . . . por tanto, NO PERMITAS QUE TU OFRENDA TE ALEJE DE TU DIOS.
“Porque no te deleitas en sacrificio, de lo contrario yo lo ofrecería; no te agrada el holocausto.”
Salmo 51:16