Imaginémonos que tenemos a nuestro Señor Jesús delante de nosotros y pudiésemos mirarle a los ojos, estoy convencido de que quedaríamos impactados por su mirada, una mirada llena de amor, de comprensión, de cariño, de ternura . . . nadie nos puede mirar como él nos mira porque nadie nos ha amado como él nos amó y nos ama, su mirada trae paz a nuestro corazón, trae consuelo a nuestra alma, trae gozo a nuestras vidas . . . y aunque no podemos verle, ni podemos ver sus ojos, su amor es real, su presencia es real y en todo momento, podemos sentir su cariño, podemos sentir su cuidado, podemos sentir que él camina con nosotros, juega con nosotros, cena con nosotros, ríe con nosotros, llora con nosotros, nos abraza, nos besa y cuando fallamos y caemos, podemos sentir como él nos levanta y seca nuestras lágrimas, él nunca nos abandona y mucho menos cuando le necesitamos, él nos consuela, cuando la vida nos golpea, él es nuestra fuerza, cuando somos débiles  . . . y en medio de nuestra oscuridad, él nos da un nuevo amanecer . . . no lo dudemos, su mirada está puesta en ti y en mí, una mirada que nos hace amarle cada día más y más, una mirada única . . .

We use cookies on our website. Some of them are essential for the operation of the site, while others help us to improve this site and the user experience (tracking cookies). You can decide for yourself whether you want to allow cookies or not. Please note that if you reject them, you may not be able to use all the functionalities of the site.