Autor: Pablo

Fecha: Aprox. 55 - 56 D.C.

Capítulos: 6

Resumen: Pablo escribe a los creyentes de una región de Asia Menor llamada Galacia, en esta región se encontraban las ciudades de Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe. Con esta carta, Pablo quiere demostrar que por la Ley de Moisés ningún hombre puede ser justificado, solamente somos justificados por la fe en Jesús. Pablo enfatiza el Evangelio de la Gracia de Dios y una vida basada en la Fe.

Comentarios:

Pablo dirige su carta principalmente a creyentes gentiles.

“Pero en aquel tiempo, cuando no conocíais a Dios, erais siervos de aquellos que por naturaleza no son dioses.”
Gálatas 4:8

El apóstol Pablo está preocupado por las congregaciones de Galacia porque los Gálatas:

  • Habían comenzado a seguir un evangelio diferente y estaban alejándose de Dios (1:6).
  • Deseaban estar bajo la Ley de Moisés (4:21).
  • Procuraban justificarse circuncidándose y guardando la Ley de Moisés (5:3 y 4).
  • Estaban siendo excluidos del Pueblo de Dios por no guardar la Ley de Moisés (4:17).
  • Se estaban separando del Mesías (5:4).
  • Estaban siendo estorbados para no obedecer a la Verdad (5:7).

Pablo estaba tan sorprendido por todo esto que llegó a pensar que los Gálatas estaban bajo la influencia de un hechizo.

“¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os hechizó, para no obedecer a la Verdad . . .”
Gálatas 3:1

Como los Gálatas estaban siendo influenciados por un grupo de creyentes circuncidados que enseñaba la circuncisión y la observancia de la Ley de Moisés para ser justificados, Pablo se propone en esta carta demostrar que por la Ley de Moisés ningún hombre es justificado.

Es curioso lo que estaban haciendo a los creyentes:

“. . . quieren excluiros a fin de que mostréis celo por ellos.”
Gálatas 4:17

Si los Gálatas se circuncidan y guardan la Ley, NO serían excluidos del Pueblo de Dios, pero si no se circuncidan ni guardan la Ley de Moisés, los Gálatas serían excluidos, el apóstol Pablo les expone un caso similar que él mismo vivió.

“Porque antes de venir algunos de parte de Jacobo, él (hablando de Pedro) comía con los gentiles, pero cuando vinieron, empezó a retraerse y apartarse, porque temía a los de la circuncisión. Y el resto de los judíos se le unió en su hipocresía, de tal manera que aun Bernabé fue arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban con rectitud en cuanto a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como los judíos, ¿por qué obligas a los gentiles a vivir como judíos?”
Gálatas 2:12-14

Pedro comía con los gentiles (v.12) y vivía como ellos (v. 14), pero cuando viene un grupo de creyentes judíos, Pedro, Bernabé y algunos hermanos más, se retraen y se apartan de la comunión con los gentiles, siendo de esta manera, excluidos (los gentiles). Pablo les habla de esto porque los que perturbaban a los Gálatas querían precisamente hacer lo mismo “excluirlos”. Es algo sorprendente que Pedro olvidara tan pronto lo que Dios le había enseñado acerca de los gentiles:

“Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú impuro.”
Hechos 10:15

La circuncisión era una de las cosas externas que separaban a los gentiles y a los judíos (también las leyes de Kashrut / dietéticas) y esta separación había sido abolida / destruida.

“Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas . . .”
Efesios 2:14 y 15

Algunos afirman que la “ley de los mandamientos expresados en ordenanzas” es la ley oral compuesta de las tradiciones de los ancianos o los mandamientos de los hombres, pero esto NO es cierto por una sencilla razón: nunca la ley oral ni los mandamientos de los hombres han estado vigentes, por tanto, algo que no está vigente no se puede abolir. En España no se puede abolir la pena de muerte ¿Por qué? Porque NO está vigente.

Algunas leyes que creaban enemistad eran las leyes de Kashrut / dietéticas, un judío evitaba comer con un gentil por causa de su alimentación tan restringida por la ley de Moisés. Un hombre judío NO podía casarse con una mujer gentil y una mujer judía no podía casarse con un hombre gentil. Un gentil no podía participar de la Pascua si no estaba circuncidado, además para formar parte del Pueblo de Israel, la circuncisión era obligatoria, estas son algunas de las leyes que Jesús tuvo que abolir en la cruz cuando establece el Nuevo Pacto.

Jesús abolió en su carne todas estas leyes que separaban a los judíos de los gentiles y causaban enemistad entre ellos. Pablo nos dice que:

“. . . no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan . . .”
Romanos 10:12

“Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”
Gálatas 3:28

“. . . no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.”
Colosenses 3:11

Si la Ley de Moisés estuviese vigente en la actualidad, seguiría habiendo una distinción entre un judío y un gentil porque la Ley de Moisés es la que marcaba y establecía dicha distinción. Por tanto, cuando Pablo afirma que YA no hay judío ni gentil, está diciendo que la Ley NO está vigente. Ahora los que hemos creído en Jesucristo somos hijos de Dios, somos salvos.

“Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.”
Gálatas 4:6 y 7

“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo . . .”
Romanos 8:17 y 17

Hoy en día, en el mundo solamente hay dos tipos de personas: los salvos y los pecadores, los que son hijos de Dios y los que NO lo son.

Pablo también afirmó:

“. . . si yo reedifico lo que en otro tiempo destruí, yo mismo resulto transgresor.”
Gálatas 2:18

Pablo nos dice en este versículo que si él predicase lo mismo que solía predicar (entre otras cosas: la circuncisión, la distinción entre judío y gentil, el guardar la Ley de Moisés y la justificación por las obras de la Ley), estaría siendo un transgresor ya que ahora él ha recibido por revelación del mismo Jesús (Gal. 1:12 / I Co. 11:23; 15:3) el mensaje que predica, el mensaje del Evangelio: la salvación y justificación por la fe de Jesucristo.

Ahora, no hay judío ni gentil, espiritualmente hablando, todos somos hermanos y todos somos uno en Jesús.

“Porque todos los que fuisteis bautizados en el Mesías, del Mesías os habéis revestido. No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús.”
Gálatas 3:27 y 28

Pablo muestra que por las “obras de la Ley” NADIE será justificado:

“. . . sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.”
Gálatas 2:16

Pablo cuando menciona en sus cartas las “obras de la Ley” se refiere a las obras que la Ley de Moisés demandaba de los hombres. En los siguientes versículos aparece cuatro veces la palabra “ley” y está claro que se trata de la “Ley de Moisés”.

“Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.”
Romanos 3:19 y 20

Somos justificados mediante y por la fe DE Jesucristo. Tanto la palabra griega como la palabra hebrea para “fe” tienen también el significado de “fidelidad”, por tanto, Pablo nos dice que somos justificados por la fidelidad del Mesías, es decir, NO somos salvos por lo que podamos hacer (obras de la ley), somos salvos por lo que Jesús hizo, por su fidelidad.

“. . . puesto que por las obras de la ley nadie será justificado.”
Gálatas 2:16

Posiblemente Pablo esté haciendo referencia al Antiguo Testamento:

“. . . porque no es justo delante de ti ningún viviente.”
Salmo 143:2

Lo misma enseñanza la encontramos en el libro de Romanos:

“. . . porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado.”
Romanos 3:20

Por medio de la Ley, no somos justificados, por medio de la Ley, sabemos que somos pecadores y conocemos lo que es el pecado.

“. . . yo no hubiera llegado a conocer el pecado si no hubiera sido por medio de la ley; porque yo no hubiera sabido lo que es la codicia, si la ley no hubiera dicho: NO CODICIARAS.”
Romanos 7:7

El argumento de Pablo continúa en el libro de Gálatas, afirmando que como nadie se puede justificar guardando la Ley de Moisés, todos estamos bajo pecado y maldición.

“Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: MALDITO TODO EL QUE NO PERMANECE EN TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA LEY, PARA HACERLAS.”
Gálatas 3:10

La referencia de este argumento en el Antiguo Testamento la encontramos en el libro de Deuteronomio:

"Maldito el que no confirme las palabras de esta ley, poniéndolas por obra." Y todo el pueblo dirá: "Amén."
Deuteronomio 27:26

Este versículo nos muestra que toda persona que NO guarda la Ley está bajo maldición.

En el libro de Romanos podemos leer:

“. . . porque ya hemos denunciado que tanto judíos como griegos están todos bajo pecado . . .”
Romanos 3:9

Todos hemos quebrantado la Ley porque todos hemos pecado y, como todos hemos pecado, todos, judíos y gentiles, estamos bajo maldición.

Pablo nos dice que solamente seremos justificados por medio de la fe en la fidelidad y en la obra DE Jesús.

“Y que nadie es justificado ante Dios por la ley es evidente, porque EL JUSTO VIVIRA POR LA FE.”
Gálatas 3:11

Pablo vuelve a usar el Antiguo Testamento para demostrar su declaración:

“. . . mas el justo por su fe vivirá.”
Habacuc 2:4

Israel NO alcanzó la justicia porque iba tras ella por medio de las obras de la Ley, en vez de seguir las pisadas de nuestro Padre Abraham, el creyente, prefirieron seguir enfatizando las obras de la Ley, procurando establecer su propia justicia través de ellas.

“. . . mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo . . .”
Romanos 9:31 y 32

“Pues desconociendo la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. Porque el Mesías es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree.”
Romanos 10:3 y 4

La justicia de Dios es para “todo aquel que cree”, NO para todo aquel que obra.

“. . . la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen; porque no hay distinción . . .”
Romanos 3:22

Pablo no buscaba su propia justicia por la Ley, buscaba la justicia de Dios que viene por la fe de Jesús.

“Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe . . .”
Filipenses 3:8 y 9

En el capítulo 3 de Gálatas, Pablo afirma que la Ley de Moisés y la Fe del Nuevo Pacto son dos cosas totalmente distintas:

“Sin embargo, la ley no es de fe; al contrario, EL QUE LAS HACE, VIVIRA POR ELLAS.”
Gálatas 3:12

Otra vez Pablo nos cita el Antiguo Testamento para apoyar y confirmar sus argumentos:

“Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis leyes, por los cuales el hombre vivirá si los cumple . . .”
Levítico 18:5

Si guardamos la Ley, viviremos por ella, pero si no la guardamos, recibiremos la maldición de la Ley: la muerte. Con todos estos versículos y referencias, Pablo nos muestra que Israel NO ha guardado la Ley, no ha podido recibir vida, él propio Pablo afirma de sí mismo que “este mandamiento, que era para vida, a mí me resultó para muerte” (Ro. 7:10), por tanto, el único medio para recibir vida, ya que no podemos guardar la Ley para ser justificados, es por medio de la Fe en la fidelidad y en la obra del Mesías.

“Cristo nos redimió de la maldición de la ley . . . a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe.”
Gálatas 3:13 y 14

La Ley NO pudo darnos vida, no pudo traer salvación ni justificación por causa de nuestra debilidad, de nuestra falta de poder para cumplirla.

“Por tanto, hermanos, sabed que por medio de Él os es anunciado el perdón de los pecados; y que de todas las cosas de que no pudisteis ser justificados por la ley de Moisés, por medio de Él, todo aquel que cree es justificado.”
Hechos de los Apóstoles 13:38 y 39

“Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo . . .”
Romanos 8:3

Si la Ley de Moisés hubiese podido justificar, Jesús habría muerto en vano.

“si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.”
Gálatas 2:21

Una vez más, en el libro de Romanos vemos la confirmación de todo lo que estamos viendo:

“. . . siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús . . .”
Romanos 3:24

Ahora en el Mesías, hemos sido justificados, esto quiere decir que hemos sido perdonados, absueltos de toda culpa y declarados justos, la justificación sólo puede venir a través de Jesucristo. Cuando la Biblia dice que NO hay ninguno justo, nos está mostrando que todos hemos pecado y que todos somos culpables (Ro. 3:9).

“Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro”
Lucas 18:10-14

El Fariseo guardaba la letra de la Ley, pero NO fue justificado (Gl. 2:16), son justificados los que reconocen su condición de pecadores (su culpabilidad), se arrepienten y creen en el sacrificio perfecto de Jesús.

“. . . si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.”
Mateo 19:17-22

En este caso tenemos un joven que guardaba desde su juventud los mandamientos de Dios, pero en el momento que Jesús le dice que tenía que dejar las riquezas del mundo y seguirle, se fue triste porque tenía muchas posesiones y no quería perderlas.

El apóstol Pablo nos dice que hay hombres que aunque tienen la letra de la Ley y están circuncidados, son transgresores de la Ley.

“Y si el que es físicamente incircunciso guarda la ley, ¿no te juzgará a ti, que aunque tienes la letra de la ley y eres circuncidado, eres transgresor de la ley?”
Romanos 2:27

La maldición de la Ley, es decir, la muerte, fue llevada por Jesús en la cruz, él se hizo maldición llevando nuestros pecados y enfermedades en la cruz.

“. . . habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: MALDITO TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO) . . .”
Gálatas 3:13

Pablo les advierte a los Gálatas que querían circuncidarse que si se circuncidaban, estaban obligados a guardar toda la Ley y como él mismo demuestra, la Ley NO se puede guardar.

“Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la ley.”
Gálatas 5:3

Pablo afirma algo muy interesante: ni siquiera los que querían que los Gálatas se circuncidaran, guardaban la Ley.

“Porque ni aun los mismos que son circuncidados guardan la ley, mas ellos desean haceros circuncidar para gloriarse en vuestra carne.”
Gálatas 6:13

Jesús afirmó algo similar a un grupo de judíos:

¿No os dio Moisés la ley, y sin embargo ninguno de vosotros la cumple?
Juan 7:19

El apóstol Pablo nos muestra también en esta carta que ahora los creyentes somos hijos de Abraham y si somos hijos, también somos herederos según la promesa.

“Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.”
Gálatas 3:29

“Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.”
Gálatas 4:7

Pablo afirma que la Ley de Moisés NO puede invalidar el Pacto que Dios hizo con Abraham, por tanto, NO puede anular la promesa.

“La ley, que vino cuatrocientos treinta años más tarde, no invalida un pacto ratificado anteriormente por Dios, como para anular la promesa.”
Gálatas 3:17

Pablo nos habla del propósito de la Ley de Moisés y nos dice que dicha Ley es temporal.

“Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.”
Gálatas 3:19

La Ley fue dada HASTA QUE viniera Jesús, la simiente de Abraham (Gl. 3:16).

Antes de venir la Fe, estábamos encerrados bajo la Ley y confinados para la fe.

“Y antes de venir la fe, estábamos encerrados bajo la ley, confinados para la fe que había de ser revelada.”
Gálatas 3:23

Pablo nos sigue diciendo que la Ley era nuestro “ayo”, pero que ahora que ha venido la fe ya NO estamos bajo “ayo” (la Ley).

“De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús . . .”
Gálatas 3:24-26

La palabra “ayo” en griego es “paidagogos” y era la persona que llevaba al niño a la escuela. Esta persona (la Ley) NO era superior al Maestro (Jesús). Este “paidagogos” tenía un trabajo temporal, de igual forma, la Ley fue dada hasta que vino la fe, por eso, Pablo afirma que “ya NO estamos bajo ayo”.

“Digo, pues: Mientras el heredero es menor de edad, en nada es diferente del siervo, aunque sea el dueño de todo, sino que está bajo guardianes y tutores hasta la edad señalada por el padre.”
Gálatas 4:1 y 2

Hemos mencionado dos versículos muy interesantes y me gustaría enfatizar algo importante: la fe (de la que nos habla Pablo) NO estaba presente en el Antiguo Testamento, ahora bien, muchos hombres y mujeres en el Antiguo Testamento tenían fe, esto es correcto, pero Pablo NO nos habla de esa fe porque él mismo afirma:

  • Y antes de venir la fe . . . estando bajo el Antiguo Pacto
  • Pero ahora que ha venido la fe . . . estando bajo el Nuevo Pacto

¿De qué FE nos habla aquí el apóstol Pablo? . . .

. . . De la FE DE JESUCRISTO.

Mediante la fe DE Jesús hemos recibido la presencia y la unción del Espíritu Santo.

“para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.”
Gálatas 3:14

La FE DE JESUCRISTO es lo que ha marcado la diferencia entre el Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto.

“sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe DE Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe DE Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.”
Gálatas 2:16

Dios ha provisto “algo mejor para nosotros” (Heb. 11:40): poder vivir por la fe DE Jesús y con la presencia continua del Espíritu de Dios en nuestras vidas.

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe DEL Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”
Gálatas 2:20

“Pero antes que viniese la FE, estábamos confinados bajo la ley . . . Pero venida la FE, ya no estamos bajo ayo . . .”
Gálatas 3:23a y 25a

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