“Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde RECOSTAR SU CABEZA.”
Mateo 8:20

Jesús mismo dijo que NO vino para ser servido, sino para servir; Jesús no vino a recibir, él vino a dar, Jesús comía con los pecadores y pasaba tiempo con ellos, abrazaba y bendecía a los niños, daba de comer a los hambrientos, daba de beber al sediento, enseñaba a sus discípulos, buscaba a los perdidos, sanaba a los enfermos, daba la vista a los ciegos, liberaba a los cautivos, resucitaba a los muertos, Jesús pasó su vida amando, dando, bendiciendo . . . Jesús no tenía un lugar donde recostar su cabeza, pero cuando le crucificaron, lo encontró.

Jesús no encontró un lugar para descansar en un cómodo sofá, ni en una cama, ni en una mansión, Jesús pudo recostar su cabeza en la Cruz cuando acabó su preciosa obra.

“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo INCLINADO LA CABEZA, entregó el espíritu.”
Juan 19:30

Cuando Jesús dijo “Consumado es” pudo inclinar* / recostar* su cabeza, encontró ese lugar de reposo que hasta ese momento no había encontrado, Jesús pudo recostar su cabeza en la Cruz sabiendo que todo había sido cumplido, que la voluntad del Padre había sido hecha, que los pecados de los hombres habían sido quitados y que toda la humanidad había sido reconciliada con Dios.

“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: CONSUMADO ES. Y habiendo RECOSTADO LA CABEZA, entregó el espíritu.”
Juan 19:30

*En griego, “recostar” e “inclinar” es la misma palabra: klino.

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